Escolinas La Zorrina 2019 Tinto, la vanguardia asturiana del vino 

28 septiembre 2023

Hay proyectos que vistos con la perspectiva de hoy parecen coherentes, lógicos y hasta normales, pero tener la capacidad de verlo hace más de una década eso ya es otro cantar. Nuestro segundo vino nominado llega de la mano de un proyecto que nace de forma arriesgada en 2012, con la unión de la bodega Monasterio de Corias, la bodega más antigua de Asturias que recibe su nombre del monasterio precursor de la viticultura en Cangas, y la distribuidora de vinos asturiana Coalla. De esta unión nace el proyecto Escolinas, un proyecto cuyo timón dirige con rectitud la propia distribuidora de vinos.

Pioneros en la región

¿Por aquel entonces quién querría apostar por una bodega elaboradora de vinos en un entorno tan poco explorado como el de Cangas? Pues unos benditos locos, entre los que está Ramón Coalla, un apasionado de su tierra y del vino que decidió poner el foco sobre esta región tan mágica, como aislada y recelosa del foráneo. En aquellos años pocos se atrevían a crear proyectos tan localistas en zonas tan poco conocidas como Cangas, aunque hoy las credenciales nos parezcan tan claras y evidentes: variedades autóctonas y desconocidas, zona fría en el norte de España (Asturias) y  viñedos sobre pendientes vertiginosas imposibles de mecanizar.

Un proyecto así puede parecer perfecto sobre el papel, pero los nominados a vino revelación no llegan sobre el papel sino en la copa. Es a partir de la cata y su capacidad de conmovernos cuando empezamos a indagar sobre el trasfondo del vino y así fue con La Zorrina. El primer encuentro con este vino nos hizo dar un respingo. Nos encontrábamos ante un vino extremadamente fresco, pero bien cargado de notas aromáticas norteñas acompañadas de cierta intensidad frutal y un volumen aceptable a pesar de su estilo atlántico.  

Un vino brillante en cata

Escolinas Finca La Zorrina se mostró como un vino muy local. Ricos matices silvestres, notas de sotobosque húmedo nos acercaron a su lugar de origen, y todo ello a través de dos variedades muy singulares y desconocidas, la albarín negro y la carrasquín, acompañadas también por la verdejo negro,  como mandan los cánones de la elaboración típica canguesa.

Este vino ofrece frescura y singularidad sin caer en los vinos etéreos, sino sacando pecho del carácter de la zona y de sus variedades. El responsable de este excelente trabajo de interpretación no es otro que Rafael Somonte, conocido por sus trabajos en Dominio de Tares (Bierzo) y experto en el terruño y clima del noroeste español. Rafael lleva la enología de la bodega Monasterio de Corias desde el año 2016, lo que incluye el proyecto Escolinas. Él busca una elaboración de los vinos tremendamente respetuosa con la tradición y el estilo autóctono de la zona, por lo que elabora cada parcela con la totalidad de las uvas/variedades que la conforman, lo que se denomina mezcla canguesa.


Estas parcelas, situadas en laderas de suelo totalmente pizarroso y de unas inclinaciones imposibles como en la Ribeira Sacra, suelen tener mezcla de las diferentes variedades autóctonas; la mayoría es de albarín negro (conocida en Galicia como caiño), en torno al 60%, acompañado de un 20-15% de verdejo negro (también conocida como trousseau, bastardo o merenzao), 15% de carrasquín y el 3-5% restante de uva blanca, principalmente albarín. A nivel de bodega se busca fermentar en depósitos grandes de castaño o barricas muy usadas, como es el caso de la Zorrina. Así es como, con una elaboración muy poco forzada, se obtienen de manera natural vinos de estilo fresco, frutal, herbal y ligero, lo que hace que la región tenga un gran potencial en aquellos elaboradores que vayan buscando obtener vinos de este estilo tan demandado en los últimos años.

Estamos en el momento de los vinos de Cangas. Esta zona de producción tiene todos los argumentos para triunfar y los tiene de manera completamente natural: clima fresco, suelos complejos y variedades locales adaptadas y con posibilidad de crecimiento. Escolinas La Zorrina es el mejor ejemplo de todo el potencial que encierra la zona y un reclamo para atraer a nuevos e interesantes proyectos en el futuro.

    Escrito por Carlos González, director de la Guía Peñín